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Patrimonio de los 80 y 90 // Parque de viviendas
Toñi Muñoz // Voz y control técnico
Jaime Diez Honrado // @ernoname // Guión y voz
97 Patrimonio de los 80 y 90 // Parque de viviendas – Deskarriados // Tanto Ole
Hoy haremos una reflexión en torno a un tema que hemos tocado en otras ocasiones desde el punto de vista estético. El parque de viviendas y edificaciones que proliferó en nuestros pueblos durante lo 80 y 90.
En nuestro entorno, la construcción ha sido algo tradicionalmente ligado a los maestrosconstructores, gentes de gremio que, fruto de la experiencia ejecutaban las edificaciones aplicando conocimientos y técnicas tradicionales.
El siglo XX, en su segunda mitad nos trajo materiales, técnicas y nuevas posibilidades.
En muchos casos se utilizaban los nuevos materiales aplicando los conocimientos tradicionales, la experiencia, y criterios de economía , esos que tanbien desarrollados era y siguien siendo necesario tener en cuenta en nuestra comarca.
Esos maestros albañiles, sus hijos y otros en muchos casos salieron a buscar fortuna en un incipiente boom de la construcción de neustro país, hallá por los 80 ya el turismo llenaba nuestras playas y demandaba cada vez más plazas hoteleras.
Quien no conoce a alguien que haya trabajado en Canarias. Y es cierto, casi siempre ligados al mundo de la construcción.
Además de en Madrid y Barcelona, Ibiza, Mallorca o Málaga son algunos de los paraisos costeros donde se han formado gran parte de los albañiles más veteranos de nuestros pueblos.
Grandes hoteles, promociones de viviendas, trabajos a destajo para enviar dinero a casa y experiencias de otros mundos muy diferentes a esta nuestra Siberia.
Esa generación aprendió las técnicas para utilizar los materiales modernos. Como manejar el ladrillo, la termoarcilla, encofrados, el hormigón.
Y en cuanto toda esta gente tuvo la oportunidad de volver, la mayoría lo hizo.
La central nuclear fue una gran escuela para muchos y la oportunidad de retorno para otros. Cuántos no volvieron como mano de obra cualificada a trabajar ferralla y hormigón en la construcción de la central de Valdecaballeros.
Además del conocimiento, se trajeron aspiraciones vitales, aprendieron de otras formas de habitar, de vivir de construir las viviendas, los horages.
En unos años 80 y 90 aún sin regulación prácticamente a nivel urbanístico, nuestros pueblos se desarrollaron mediante la aplicación de estas técnicas, el uso de estos materiales y pasadas por el filtro de la escasez y el » esto no se cae».
Así encontramos nuestras localidades minados de edifcicaciones de 3 plantas, más propias de un barrio periférico de Madrid y en muchos casos, sin terminar. Edificaciones que no se caen, por que las cosas tienden a no caerse, pero que presentan patologías y problemas de confort y habitabilidad básica graves.
Muchas de ellas se encuentran, vacías, sin terminar, como ruinas eternas. En cambio otras si que se utilizan y son las viviendas de mucha gente que nos escucha.
Y con este parque de viviendas, ante la subida del nivel de exigencia, algo tenemos que hacer. Lo rehabilitamos? Lo demolemos? De quien es la responsabilidad de los problemas que sufra o pueda sufrir esta edificación en un futuro?
Reflexión abierta acerca de cómo hemos transformado nuestro entorno, desde el conocimiento, la llegada de nuevas ofertas de mercado, el desarrollo económico, la falta de regulación, una falta de autoestima y de cariño por lo que somos. Tristemente, cuestiones que todavía hoy no están resueltas. Realmente hemos cambiado tanto?
Hoy haremos una reflexión en torno a un tema que hemos tocado en otras ocasiones desde el punto de vista estético. El parque de viviendas y edificaciones que proliferó en nuestros pueblos durante lo 80 y 90.
En nuestro entorno, la construcción ha sido algo tradicionalmente ligado a los maestrosconstructores, gentes de gremio que, fruto de la experiencia ejecutaban las edificaciones aplicando conocimientos y técnicas tradicionales.
El siglo XX, en su segunda mitad nos trajo materiales, técnicas y nuevas posibilidades.
En muchos casos se utilizaban los nuevos materiales aplicando los conocimientos tradicionales, la experiencia, y criterios de economía , esos que tanbien desarrollados era y siguien siendo necesario tener en cuenta en nuestra comarca.
Esos maestros albañiles, sus hijos y otros en muchos casos salieron a buscar fortuna en un incipiente boom de la construcción de neustro país, hallá por los 80 ya el turismo llenaba nuestras playas y demandaba cada vez más plazas hoteleras.
Quien no conoce a alguien que haya trabajado en Canarias. Y es cierto, casi siempre ligados al mundo de la construcción.
Además de en Madrid y Barcelona, Ibiza, Mallorca o Málaga son algunos de los paraisos costeros donde se han formado gran parte de los albañiles más veteranos de nuestros pueblos.
Grandes hoteles, promociones de viviendas, trabajos a destajo para enviar dinero a casa y experiencias de otros mundos muy diferentes a esta nuestra Siberia.
Esa generación aprendió las técnicas para utilizar los materiales modernos. Como manejar el ladrillo, la termoarcilla, encofrados, el hormigón.
Y en cuanto toda esta gente tuvo la oportunidad de volver, la mayoría lo hizo.
La central nuclear fue una gran escuela para muchos y la oportunidad de retorno para otros. Cuántos no volvieron como mano de obra cualificada a trabajar ferralla y hormigón en la construcción de la central de Valdecaballeros.
Además del conocimiento, se trajeron aspiraciones vitales, aprendieron de otras formas de habitar, de vivir de construir las viviendas, los horages.
En unos años 80 y 90 aún sin regulación prácticamente a nivel urbanístico, nuestros pueblos se desarrollaron mediante la aplicación de estas técnicas, el uso de estos materiales y pasadas por el filtro de la escasez y el » esto no se cae».
Así encontramos nuestras localidades minados de edifcicaciones de 3 plantas, más propias de un barrio periférico de Madrid y en muchos casos, sin terminar. Edificaciones que no se caen, por que las cosas tienden a no caerse, pero que presentan patologías y problemas de confort y habitabilidad básica graves.
Muchas de ellas se encuentran, vacías, sin terminar, como ruinas eternas. En cambio otras si que se utilizan y son las viviendas de mucha gente que nos escucha.
Y con este parque de viviendas, ante la subida del nivel de exigencia, algo tenemos que hacer. Lo rehabilitamos? Lo demolemos? De quien es la responsabilidad de los problemas que sufra o pueda sufrir esta edificación en un futuro?
Reflexión abierta acerca de cómo hemos transformado nuestro entorno, desde el conocimiento, la llegada de nuevas ofertas de mercado, el desarrollo económico, la falta de regulación, una falta de autoestima y de cariño por lo que somos. Tristemente, cuestiones que todavía hoy no están resueltas. Realmente hemos cambiado tanto?